20.11.12

Sinceramente no me puedo quejar, se me está terminando un año de puro mañaneros, nocheros, tardeañeros seguidos por un bendito dolor corporal como resaca. De miles de noches tan bizarras que jamás me olvidaré, de un sin fin de momentos que no recuerdo pero por suerte mis amigas sí. Y de incontables horas de esas risas que terminan en llanto, pis y dolor estomacal. 

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